"Antes, aquí era Escuela Vieja"


Visita a la Escuela Nueva "Antonio Villavicencio" Nº 29,
El Jordán, Departamento del Valle, Colombia, 29/05/91



El texto que sigue lo he tomado del pequeño libro que escribí con impresiones de una visita que hice en 1991 al programa Escuela Nueva de Colombia: Escuela Nueva: Una innovación desde el Estado, Colección Educación, Nº 2, Instituto Fronesis, Quito, 1991. La visita la hice junto con una delegación del Ministerio de Educación del Ecuador, a la que llevé en el marco de mis actividades como oficial de educación encargada en la oficina de UNICEF en Quito.


Después de casi tres horas de recorrido, el bus se detiene. Está atorado, nos comunica el chofer. La tupida lluvia del día anterior ha dejado el camino en lodo puro, y no sube más. Hay pues que seguir a pie unos cuatro kilómetros. Lo cierto es que hay que llegar. Los niños, los maestros, los padres de familia, la comunidad entera están esperando la llegada de los visitantes.

Media hora más adelante, Emilio y yo nos detenemos junto a una casa donde padre e hijo, cubiertos de lodo y paja hasta las orejas,se encuentran en plena acción de construir un agregado en el segundo piso. Resulta, en la charla, que Don Juan y Doña Martha - quien se acerca enseguida - son padres de familia de la escuela.
- "Dicen que hay un festejo. Así pasaron comunicando", me informa Don Juan. "Ya nos limpiamos y vamos".
El, jornalero. Ella, ama de casa. Tienen cinco hijos y viven desde hace siete años en El Jordán. El, ahora desocupado, se lamenta de lo difícil que se ha vuelto conseguir trabajo.

Tres de los hijos van a la escuela de la comunidad, la Escuela Nueva "Antonio Villavicencio" Nº 29. Horas después, ya en la escuela, veremos llegar a Don Juan y a Doña Martha, bien vestidos y peinados, y sabremos que el Presidente del Gobierno Escolar, Carlos Jesús Ordóñez, recientemente elegido, es uno de sus hijos.

Les pido que me cuentan cómo es la escuela. Don Juan empieza, Doña Martha le ayuda.
- "Allí, los mismos niños tienen que quebrar cabeza. Les toca pensar para estudiar. Antes no era así".

- "En la escuela de antes a uno le quedaba más fácil, porque uno copiaba. Aquí es más trabajoso porque tienen que pensar mucho". 
- "No hay calificaciones. No hay castigo. Hasta que hagan la tarea están".
- "En un año avanzan mucho. Si un niño es muy capacitado, lo adelantan. Si va lento, lo esperan".
- "Al principio, no estábamos de acuerdo. Nos parecía algo raro. Que se pasaban jugando, decían. Mandaban a los niños a atrapar animales. Después los abrían. ¡Quién sabe qué cosas!".
- "Nosotros estuvimos en la escuela tradicional. Pero hoy ya estamos bautizados con esa escuela. Escuela Nueva se le llama".
- "Ellos están muy amañados ya. Cuando comenzaron, les parecía muy trabajoso. Es que tienen que reventar cabeza". 
Nos despedimos. En el trecho final del camino nos unimos a un grupo de padres y madres. Vestidas con sus mejores galas, apresuran el paso. Los hombres van cargando al hombro tres guitarras desvencijadas.

La escuela 

Aparece finalmente la escuela, en un recodo del camino. Afuera, el pequeño rótulo con el nombre. Al entrar, en el corredor, un mural del que copio:

Entendimiento
Sociabilidad
Creatividad
Unidad
Entusiasmo
Libertad
Aprendizaje

Novedad
Universalidad
Entereza
Virtudes
Actividad

Estas y más cosas experimentaré en esta visita a la que me enfrento con ganas de ver con ojos buenos, nuevos, no condicionados.

Al entrar al aula está ya instalado el acto de recepción con los que han ido llegando antes. Hernando Gélvez, Coordinador Nacional de Escuela Nueva, quien nos acompaña en la visita, se ha sentado junto con cinco niños grandes, en su pupitre colectivo. Mis compatriotas de la delegación ecuatoriana están alineados frente a la pizarra, ya empezando a presentarse uno por uno. Intuyo entre las caras todavía desconocidas al profesor (sé que solo hay uno, y que hace de director, conserje y todo), y a alguien más que supongo del Comité de Padres de Familia.

Mientras sigue su curso la presentación individual, en la acostumbrada fila india, me concentro en registrar con la vista cada detalle.

El aula es pequeña, con banco y mesa para parejas, están organizados formando grupos de dos o tres, de modo que en cada grupo hay entre cuatro y ocho niños sentados. Los niños, vestidos con un pulover gris claro, son de todas las edades y tamaños: desde muy pequeñitos hasta dos o tres semiadolescentes.

Las paredes están tapizadas con objetos diversos. En las dos esquinas del fondo, con sus respectivos carteles colgados en lo alto, están el RINCON DE SOCIALES y el RINCON DE CIENCIAS, cada uno repleto de cosas que llaman la atención e invitan a curiosear de cerca. En el centro de la pared hay una lámina grande que dice MURAL DE ACTIVIDADES DEL MES y que, según sé después, está bajo la responsabilidad del Comité de Bienestar. En él se registran, con tarjetas móviles, las principales actividades previstas y cumplidas por cada comité, mes a mes.

En una pared lateral hay un botiquín y junto a él una pizarra pequeña con el título AUTOCONTROL DE ASISTENCIA: contiene verticalmente la nómina de los alumnos y horizontalmente los días del mes. Según me explican después, son los propios alumnos quienes registran su asistencia.

A mi lado, junto a la puerta de entrada, está colgada una repisa de cartón con casilleros. Tiene el título NUESTROS COMPROMISOS. Dentro de cada casillero hay una hoja escrita a mano por algún niño o niña y encabezada con el nombre de algún Comité.

Soy la última en presentarme. Solo acierto a pedir a los niños que nos cuenten de su escuela, que nos digan cómo se sienten en ella. Debe sonar formal, pero es un pedido auténtico, cargado de emoción y expectativa.

Hernando les pide que vayan alzando la mano, a medida que él va nombrando los niveles. Así podemos saber que, de los 36 niños presentes, 3 están en primer nivel, 11 en segundo, 10 en tercero, 5 en cuarto y 7 en quinto. (En Colombia, la escuela primaria tiene 5 niveles o grados).

Ahora, Hernando aborda el tema del Gobierno Escolar. Empieza preguntando quién es el Presidente. Se para un chico delgado, nervioso. Se le pide que cuente cómo fue su elección, con cuántos votos ganó, en qué nivel está.
- "Todos los alumnos hicieron una votación ...... Gané con 19 votos ...... Yo estoy en cuarto nivel".
Tres oraciones dichas con angustiantes pausas entre una y otra. El muchacho está paralizado por los nervios. Hernando trata de salvar el trance con tino, pide a los demás que ayuden a contar cómo fue la elección. Las respuestas, de todos modos, salen forzadas. En nuestra segunda visita a una Escuela Nueva, dos días mas tarde, y ante una situación similar, llegaré a pensar que es desmedido el énfasis y el tiempo dedicado en estas visitas (y quizás en el propio Programa) al Gobierno Escolar, sobre todo porque se somete a los alumnos a un interrogatorio que, a partir de las mismas preguntas, obtiene las mismas previsibles respuestas.

Ahora empiezan a pararse y explicar lo que hacen los restantes miembros del Gobierno Escolar. Empezamos con los Ayudantes de Nivel. El de segundo nivel dice que su función es "poner cuidado a las Guías de Aprendizaje y avisar cuando están dañadas". El de tercero dice que se encarga de "prestar las Guías y colocar las faltas en el Autocontrol de Asistencia. Cuando alguien llega atrasado, le borro la falta". El de cuarto dice que le toca "colocar las Guías en el puesto y ver la asistencia". Finalmente, el de quinto dice: "Presto las Guías y oriento el trabajo a los demás".

Ahora hablan los Líderes, explicando las funciones de sus respectivos Comités (cada escuela decide qué comités quiere tener):
- Huerta: "Limpiar la huerta, echar agua, traer abono. Ahora tenemos sembrado repollo, cebolla, tomate y zanahoria. Todo esto nos sirve para nuestro restaurante escolar".
- Aseo: "Limpiar los baños, las ventanas".

- Deporte: "Arreglamos hace poco el pasamanos para Educación Física y estamos organizando ahora un paseo a Cali, al que va a ir toda la escuela". 
- Bienestar: "Nosotros izamos las banderas".

- Cruz Roja: "Hay que echar agua al filtro, surtir el botiquín".

- Biblioteca: "Prestar los libros".
- "¿Cuántos de ustedes han leído libros de la biblioteca?", pregunta Hernando. La mayoría alza la mano.

- "¿Qué títulos han leído?". Y empiezan a responder uno a uno:

El coronel no tiene quién le escriba.
La Vorágine.
El Quijote.
La Leyenda del Dorado.
Ciervo sin tierra.
Manantial de lectura.
Alicia en el País de las Maravillas.
Leamos A, B y C.

Esperanza, Líder de la Biblioteca, aprovecha para informar a los visitantes que la biblioteca funciona con dos turnos - 8 a 12 am y 2 a 6 pm - y que hay un plazo de cinco días para devolver los libros.

Hemos estado ya más de una hora en este lugar y tomo conciencia de que hasta este momento no he podido saber a ciencia cierta quién es el profesor. Los niños se desenvuelven solos. Ningún adulto habla por ellos, nadie les "sopla", nadie les corrige, nadie les interrumpe.

Fantástico. Sencillamente excepcional. Y esto es lo que seguirá ocurriendo en el resto de la visita, en el resto del día. No puedo dejar de sorprenderme y admirarlo. De hecho, éste será el comentario unánima de nuestra delegación en la reunión nocturna de evaluación de la jornada.

Continúa ... (Los niños nos muestran su escuela)


Para saber más sobre Escuela Nueva
» Colombia Aprende: Escuela Nueva en Colombia
» Vicky Colbert, Mejorando el acceso y la calidad de la educación para el sector rural pobre: El caso de Escuela Nueva en Colombia (1999)
» BID: Homenaje a Oscar Mogollón, fundador de la Escuela Activa y co-creador de Escuela Nueva 
» Active Schools: Our convictions for Improving the Quality of Education, by Oscar Mogollón and Marina Solano de Mogollón, AED/FH1360, Washington, D.C., 2011.
» Fundación Escuela Nueva
» La escuela rural como laboratorio de innovación educativa, El País, 3 nov. 2013
» Lo que el mundo está aprendiendo de las escuelas rurales colombianas, BBC Mundo, 2 enero 2014

Textos relacionados en este blog
» Rosa María Torres, Escuela Nueva: An innovation within formal education (Colombia)

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