Banco Mundial: Avenidas promisorias y callejones sin salida




El libro Impro­ving primary education in developing countries - Mejorar la educación primaria en los países en desarrollo - de Marlaine Lockheed y Adriaan Verspoor (Oxford University Press, Washington D.C., 1991), publicado por el Banco Mundial, fue uno de los libros de política educativa más difundidos en la década de 1990. Llegó a ser una suerte de libro de cabecera de ministros y asesores en los «países en desarrollo». La inconfundible tapa azul podía encontrarse en escritorios y anaqueles de ministerios de educación en todo el mundo. De hecho, ese libro resumió y de él salieron muchas de las políticas que orientaron las reformas escolares asesoradas por el Banco Mundial (y condicionadas por sus préstamos) en esa década .... y después.

Y es que el libro tiene el atractivo de ser un recetario detallado sobre "cómo mejorar la educación primaria", y organiza las opciones en "qué funciona" y "qué no funciona", sin necesidad de ubicar culturas y contextos, sin necesidad de investigar, como si todos los "países en desarrollo" fuesen iguales y como si la investigación educativa tuviese respuestas válidas para todo y para todos.

El esquema binario Avenidas promisorias (qué hacer) y Callejones sin salida (qué no hacer) utilizado en el libro se volvió popular. La tabla de dos columnas que incluyo a continuación la elaboré para el libro que escribí con José Luis Coraggio (La educación según el Banco Mundial, Un análisis de sus propuestas y métodos, Miño y Dávila /CEM, Buenos Aires, 1997). Esto es lo que aconsejaba el Banco Mundial para mejorar la educación primaria en los 1990s (década de auge de los libros de texto y la capacitación en servicio, en ausencia todavía de la computadora). Varias de estas ideas siguen vigentes en muchos países.

            CALLEJON SIN SALIDA
                  AVENIDA PROMISORIA
Ajustes al currículo propuesto
(planes y programas de estudio).
Cambios inefectivos, generan resistencia entre maestros y padres de familia.
Mejorar el currículo efectivo
(textos escolares)
Los textos escolares son el currículo efectivo en el aula de clase.
Instalar computadoras en el aula
No es costo-efectivo.
Proveer libros de texto para los alumnos y guías didácticas para los profesores
Instrumentos con los que los profesores ya están familiarizados, fácil manejo, no requieren grandes capacitaciones, guían al profesor paso a paso.
Reducir el tamaño del grupo
El tamaño del grupo solo hace diferencia de 20 alumnos para abajo. "Da igual enseñar a 30 que a 50". Al contrario, incrementar la proporción maestro-alumnos permite bajar costos y usar esos recursos en libros de texto y capacitación en servicio.
Establecer, mantener y controlar un tiempo fijo de instrucción
Antes que reducir el tamaño del grupo, aumentar el tiempo de instrucción (el estándar internacional para escuela primaria es de 880 horas al año).
Responsabilidad de quienes hacen la política educativa. Requiere monitoreo y control para asegurar que: (a) las escuelas funcionen en los períodos establecidos; (b) los profesores asistan regularmente; (c) se eviten distracciones en asuntos administrativos o visitas frecuentes; (d) se tomen medidas para asegurar el funcionamiento regular de las escuelas en emergencias climáticas.
Se recomienda al menos 25 horas semanales para lecto-escritura y matemáticas, y una política de incentivos para la asistencia de profesores y de alumnos.
Formación docente inicial
Programas largos y costosos.
Capacitación docente en servicio
(programas cortos, visitas e intercambios, educación a distancia).
-Más costo-efectiva que la formación inicial. -Recomienda modalidades a distancia antes que presenciales y/o residenciales.
-"El conocimiento de la materia tiene más peso sobre el rendimiento de los alumnos que el conocimiento pedagógico".

Uso de la radio interactiva como sistema de enseñanza en el aula
(complemento o sustituto del docente).
Alternativa de bajo costo, requiere mínima capacitación y ha traído buenos resultados, particularmente en matemáticas, lectura y escritura, y enseñanza de segunda lengua.

Uso de materiales programados
con indicaciones detalladas paso a paso.
Permiten auto-instrucción, organizar el trabajo en pequeños grupos, y liberar tiempo y requerimientos a los profesores.
Almuerzos escolares
Mejoran la asistencia de los alumnos, no necesariamente el aprendizaje. Encaran el hambre de largo plazo, lo que es una manera de transferir ingresos a los pobres. 
Complemento nutricional a través de desayuno escolar y/o de pequeños lonches
Cuestan menos y atienden el “hambre de corto plazo” (la que se experimenta durante el período de permanencia en la escuela).

Identificar y tratar otros problemas de salud
(infecciones parasitarias, visión y audición).

Educación pre-escolar
(particularmente para los sectores menos favorecidos).
  Elaboración: Rosa María Torres

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